martes, 13 de marzo de 2012

CONDEVOLNEY Y SU 'ALMA FAROLERA'

Hacía tiempo que llevaba intentando sacar de Alicante a Manolo Condevolney, no sólo porque es un excelente poeta, sino porque el ciclo de los 'Lunes Literarios' siempre ha tenido vocación de descubrir y dar la oportunidad a escritores que no han recitado o lo han hecho menos en Murcia. Por eso, la cita semanal de este lunes tuvo algo de especial para todos los que tuvimos la oportunidad de escuchar sus versos: oímos algo nuevo, una nueva manera de entender, vivir e interpretar la poesía.


La necesidad del canto en Condevolney (lo necesita y le hace ser mejor sin tener que ser distinto) y su compromiso con la libertad y el ser humano hace que sus poemas tomen un tinte social para hablar de los temas fundamentales de la literatura y de la humanidad: el amor, el paso del tiempo, la muerte, el alma frente al cuerpo o la naturaleza.

Un momento muy especial fue el recuerdo a aquellos salvajes años 80 en aquel Madrid underground de la 'Movida Madrileña', en donde Manolo vivió, disfrutó pero también sufrió, al perder a un gran número de sus amigos y a sus hermanos. Eso quizá le hizo salir de la capital para refugiarse y refugiar a sus seres queridos cerca del mar, una decisión muy bien ilustrada en el poema 'Me voy'.


Otro de los temas con peso en su obra es la belleza en todas sus dimensiones, una de ellas el 'narcisismo', un topos que trata de una manera natural, como se puede apreciar en su poema 'De vez en cuando los hombres'. Pero uno de los mayores lugares comunes de su poesía, como suele ocurrir en la mayoría de los poetas, es él mismo, a veces visto desde la óptica de la autoexigencia como en 'Triste loco vulnerable', otras desde la contemplación como en 'Canción triste en Babia Street'.


Pero detrás de todo ello, siempre el amor: el amor a la vida, el amor a la gente, el amor de su vida, la libertad para vivir y entender el amor sin prejuicios ni excusas. Buen ejemplo de ese "buen amor" lo encontramos en 'Tatuado', en donde Condevolney sueña con vivir tatuado en los ojos de una mujer.

Fue necesario unos cuantos bises para aplacar la sed de poesía de nuestro querido público de los 'Lunes Literarios', un público agradecido y respetuoso al que los primeros 35 minutos de Manolo, tan bien hilados poética y comunicativamente, le supieron a poco. Pero el maestro tuvo a bien regalarnos 10 minutos más que nos dejaron el alma más serena.


Antes de despedirme os recuerdo que el próximo lunes, día 19, a las 21.30 horas, recitará el cartagenero afincado en Santander Ismael Rodríguez, un poeta excelente que hace unos años se alzó con el Premio José Hierro de poesía.

2 comentarios:

  1. Una noche inolvidable para este aprendiz de diptongo por no ser hiato, gracias Alberto, por tu cercanía y hermandad, volveré.

    ResponderEliminar
  2. Si yo hubiera vivido en Murcia... no me habría perdido esto por nada de la luna, querido Konde. Un abrazo y enhorabuena!!

    ResponderEliminar