Este lunes tuvimos la suerte de tener en las tablas del Zalacaín a la poeta argentina Graciela Zárate, afincada en Aguadulce (Almería) y enamorada de su mar. Venía dispuesta a desabrocharse el alma para desnudarse en versos. Y así lo hizo.
Bien acompañada por amigos y también por desconocidos, Graciela recitó poemas de 'A contraluz de embargo' (publicado en Lastura), 'Amor se escribe sin sangre' (Antología de mujeres poetas contra la violencia machista) y también de un poemario inédito.
Entre todos esos poemas me gustaría destacar 'Roce', 'Aguarda', 'La casa intocable', 'Desayuno', 'Lobo está', 'No tengo miedo' o 'Y el mar en la ventana'.
La semana que viene será el turno de Carlos Egio, que estará recitando los versos de un poemario recientemente terminado. Como siempre a partir de las 21.30 horas.
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