Este lunes celebramos un nuevo concurso de escritura rápida que invitaba a escribir un microrrelato de 50 palabras ambientado en un confesionario. Cada uno lo enfocó a su manera...
Jorge Balibrea se alzó con el tercer premio por 'Mi confesionario': Llego al confesionario. Como cada día me recibe el taburete de madera y la sonrisa de Don Francisco recitando el Padre Nuestro. -¿Lo de siempre? Copa de vino en mano recito mis pecados de la semana. Él me recompensa con su sermón y me aguanta. Pero después de pagar siempre me despide igual: ¿Mañana vuelves no? ¡No tienes perdón de Dios!
El segundo premio fue para Carlos Olmo por 'Confesión': Perdí el miedo a hablar en público siendo monaguillo. Después de hacer la comunión ayudé en misa, leyendo ante gente que me parecía oscura. El padre José me hablaba de Pericles y de la conveniencia de tener algo en la boca para vocalizar bien. De ahí mi don de lenguas.
Y el ganador de la noche fue Félix Crespo por 'Posibilidades para la ocupación de espacios eclesiásticos para actividades profanas (lista incompleta) y el descubrimiento de que todo intento en esta dirección no tenía ya objeto: Para ocupar este espacio pensé en atornillar un teléfono de monedas, una estantería con papeletas al Senado, un panel de teletransporte, una pantalla con porno y un agujero debajo, una taza de water. Pensé en cagar dentro, al final nada. Entré y confesé: "Nada". "¿Ni de pensamiento?" "No, nada, prefiero follar", dije. "Pues como yo", me contestó el otro tipo.
La semana que viene será el turno de Andrés Avendaño, que estará recitando poemas a partir de las 21.30 horas.
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