Tras el recital de Soren Peñalver, este lunes ha sido el turno de una nueva voz poética emergente en Murcia, Clara Plath, que además de participar en el ciclo de los 'Lunes Literarios' y en otros eventos de la ciudad, acaba de publicar su primer poemario 'En agua de cerezas', del que recitó la mitad de sus poemas.
Aunque comenzó un poco nerviosa (ya que como ella misma dijo la silla del 'Zalaca' parece una silla eléctrica para los primerizos poetas), poco a poco fue sintiéndose más cómoda, hasta conseguir una total comunión con el público que volvió a llenar el café. Tanto es así que la media hora que duro el recital se hizo tan corta que Clara tuvo que hacerse, como los grande cantantes, unos bises.
Especialmente original es la mezcla que Plath hace de los idiomas, onomatopeyas y palabras esdrújulas (sus preferidas), para conseguir una poesía elaborada no de conceptos, sino de sensaciones disparadas directamente sobre el alma. Es el caso del poema 'Picor de cadera', que acaba con la imagen del niño muerto para ilustrar muy bien esos amores con fecha de caducidad; 'Brum, brum', elaborado sobre una serie de onomatopeyas; o 'Magnética' en donde defiende su amor por las palabras esdrújulas.
También profesó emotivos homenajes a seres queridos y/o admirados, como en los poemas 'Silvia', en donde homenajea a la gran escritora de la que toma su apellido artístico; 'La incuidable' o 'Caramelos de menta', en donde hace un bonito homenaje a su abuela.
En resumen, una poesía de la experiencia, más que de las acciones, de las sensaciones, en donde el enhebro no son las palabras (que también) sino las imágenes y sensaciones que éstas nos crean una vez han sido oídas y han pasado. Antes de despedirme, quiero recordar que el próximo lunes, a las 21.30 horas, tendremos la ocasión de escuchar a otra joven poeta murciana, Violeta Nicolás.
Buen ambiente, buena gente, estupendos poemas, felicidades.
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